lunes, 8 de junio de 2020

ABP frente a instrucción directa

¿Por qué sistemas de aprendizaje activos, frente a sistemas de instrucción directa?


La instrucción directa, o clase magistral, implica una relación de poder vertical en la que un especialista se sitúa en un plano de superioridad poco discutible o cuestionable, frente a unos aprendices. Es una relación que puede resultar útil cuando los estudiantes son personas que acuden voluntariamente buscando conocimientos determinadas en materias determinadas, pero es evidentemente un planteamiento totalmente erróneo cuando hablamos de etapas obligatorias en la educación.
Lamentablemente es el sistema que se impone, sobre todo en educación primaria, donde el magisterio se ejercita como tal: maestro frente a discípulos, sin posibilidad de elección ni apenas participación ni elaboración crítica alguna. Son pocos los colegios de educación infantil y primaria o lo institutos de educación secundaria que se plantean otros tipos de metodologías, y aún los que lo hacen lo suelen hacer de manera marginal o experimental, sin establecer las mismas de manera decidida, sin convencimiento.
La raíz de este desfase está, desde mi punto de vista, en la poca importancia que se otorga, por lo general a la educación en nuestro país, donde se priman los currículos, acumulación desorbitada de materias a impartir, por encima de las actitudes y las competencias o la diversidad de inteligencias sobre las que trabajar seriamente.
También tiene gran importancia el modo en que los futuros profesores se preparan para desarrollar su profesión, a menudo de modo poco vocacional y, aun en los casos vocacionales, procedentes de unas facultades de educación que redundan en el mismo sistema educativo que posteriormente se aplica en las aulas de la educación obligatoria: la magistralidad, la escasa investigación y la prácticamente nula posibilidad de participación.
Frente a este sistema de instrucción impuesto entiendo que hay que luchar en nuestras prácticas cotidianas pedagógicas, fomentando la democratización de los centros educativos, empezando por las propias aulas en las que prestamos nuestros servicios. Hay que promulgar aprendizajes experienciales, y por lo tanto significativos, en los que la participación de los estudiantes sea plena,  incluso en la elección de los contenidos a estudiar,  y la atención de los educadores exclusiva, a la par que favorecedora de la inclusión plena de toda la comunidad educativa.

Análisis de un proyecto propio: "¿Por qué sabes más de mí de lo que sé yo mismo?" 

El Proyecto fue redactado durante el presente confinamiento y planteado dentro de un marco de formación en derechos de la infancia de UNICEF, pero con un planteamiento de educación de personas adultas, que es en el que me muevo profesionalmente hablando. Copio a continuación el enlace al mismo en mi blog Eduación en Pasión:

¿Por qué sabes más de mí de lo que sé yo mismo?

El presente proyecto, aún pareciéndome interesante dentro del contexto en que se habría de desarrollar creo que presenta algunos errores, el fundamental de ello es que no parte de una idea de plena participación en su elaboración, sino que está bastante dirigido desde el ámbito del educador, en este caso yo mismo.

Por lo demás el proyecto sí que respeta el resto de las pautas de lo que ha de ser un proyecto estándar: hay debate, hay preguntas abiertas, hay participación a partir de la propuesta inicial, hay posibilidad de aportar cambios a lo largo del proyecto, hay productos finales y hay evaluación del resultado y del proceso.

Sí que habría que revisar la participación de los estudiantes en la elaboración misma del proyecto: desde el tema a tratar hasta las propuestas de elaboración de productos y el modo en que se van a presentar y evaluar.

Definición del prototipo de proyecto personal






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