miércoles, 3 de junio de 2020

Situación de alarma educativa: ¿en qué hemos convertido la educación?

La educación sin interlocución cara a cara es un sucedaneo de la educación, al igual que el wasap, el facebook y el resto de redes sociales, desde la invención de las señales de humo o del telégrafo no son sino sucedaneos de la verdadera comunicación.

La educación a distancia, cuando no queda más remedio que utilizarla, pues eso ... no queda más remedio. Pero sin lugar a dudas no es el sistema ideal de aprendizaje en población en etapas educativas obligatorias, pues se basa fundamentalmente en el aprendizaje entendido como autoaprendizaje, si queremos, inducido, de conocimientos académicos.

Sin embargo la educación es mucho más que el aparato académico: la educación es cuidado mutuo, es colaboración, es respeto, es poner cara y circunstancias personales a cada miembro de la comunidad que a través de la educación se incluye y se construye... la comunicación es interacción y participación, elaboración del conocimiento en común, construcción de nuevas formas de convivencia y de nuevas perspectivas sociales, de un mundo mejor. La educación es en sí un microcosmos difícil de explicar, pero no de vivir día a día en el contacto comunitario y el cariño. Todo esto, o casi todo, ha desaparecido y en estas circunstancias es muy difícil de construir sin una voluntad firme de cuidado y respeto hacia el otro.

Queda la parte académica del asunto (sin duda la menos interesante, la que menos nos hace crecer como individuos dentro de nuestros colectivos) y el contacto a distancia que, en mi caso, ha sido mucho e intenso, muy emocional (quizás demasiado), pero difuminado en relaciones bilaterales, y a menudo centrado en aspectos y problemas concretos, en fuegos que hay que apagar (y no me refiero a lo académico, que ya dije que es lo menos importante).

Así que no puedo aportar una perspectiva pedagógica demasiado positiva de esta situación vivida estos meses anteriores; tampoco negativa; simplemente neutra y pragmática. Entiendo que, habiendo puesto toda la carne en el asador, ha sido imposible alcanzar los objetivos, en el aspecto humano, que es el que más me interesa en educación, que hubiésemos conseguido con el contacto diario habitual, con la complicidad tan estrecha que otorga el día a día en la convivencia. 

Sí que valoro mucho todo el tiempo dedicado a construir y dar forma a reflexiones que venían de lejos y sobre las que he tenido ocasión de volver, profundizar y poner por escrito para llevar a la práctica. Seguramente eso se traducirá en que habrá ocasión de dar vida real a estas intenciones en un futuro espero que no muy lejano.

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