PROPUESTA DE TRABAJO DE LENGUA PARA EL PROYECTO:
Os proponemos como primer proyecto de este "extraño" curso de la "nueva normalidad", una reflexión en torno a los derechos de los menores, que junto con los ancianos constituyen los sectores de nuestra sociedad más desfavorecidos y menos tenidos en cuenta a la hora de tomar decisiones, tanto particulares como globales.
Puesto que uno de nuestros objetivos en el centro y de cara a los próximos cursos es invertir esta situación, a todas luces injustas, os propondremos una serie de propuestas a lo largo del curso encaminadas a reflexionar a este respecto y tomar conciencia de la importancia de cambiar nuestro mundo. Esta es la primera.
Se trata de una propuesta de FRATO, un conocido dibujante, pedagogo y defensor a ultranza de los derechos de los niños que nos va a ayudar a reflexionar sobre este tema trascendental para el futuro de nuestras sociedades.
LA VISIÓN EDUCATIVA DE FRANCESCO TONUCCI (FRATO) EN 10 PUNTOS.
(Texto extraído de la página web de Editorial Planeta, Aula Planeta: https://www.aulaplaneta.com/2017/08/02/recursos-tic/francesco-tonucci-vision-educativa-diez-puntos/)
Francesco Tonucci, conocido como Frato, es un psicopedagogo, dibujante y pensador famoso por defender la importancia que deben tener los niños en la organización y la vida de las ciudades. Ejerció como profesor, realizó una crítica satírica del sistema educativo actual y la forma de trabajar de las escuelas y ha investigado a fondo el desarrollo cognitivo de los niños, su pensamiento, su comportamiento y la metodología educacional. En 1991 puso en marcha en Fano, su ciudad natal, el proyecto “La ciudad de los niños”, que situaba a los más pequeños como protagonistas al planificar la ciudad. Te explicamos la visión educativa de este pedagogo italiano, que también en la escuela apuesta por escuchar, comprender y respetar a los niños.
LA EDUCACIÓN, SEGÚN FRANCESCO TONUCCI
Hay que escuchar a los alumnos y confiar en ellos. Es importante tener confianza en la competencia y la capacidad de los niños, en lo que saben, y escuchar su mundo interior, toda esa información y esos saberes que traen consigo a la escuela. Ahora los niños solo pueden escuchar al maestro, no se les da la palabra.
Las escuelas deben ser democráticas, no igualitarias. Los estudiantes deben formarse como ciudadanos libres y soberanos. Por eso hay que huir del esquema tradicional en el que el profesor es quien tiene los conocimientos y los alumnos son vasos vacíos que hay que llenar y, por lo tanto, todos iguales. Los estudiantes acuden a la escuela con unos conocimientos y un saber que deben desarrollar, y el profesor debe ser capaz de motivarles e impulsar el proceso.
La heterogeneidad en el aula es buena. La diversidad, lejos de ser una dificultad o una barrera, es una ventaja y una riqueza que debe aprovecharse. Ya sea cultural, de género, de religión o raza… Incluso es interesante mezclar a niños con diferentes edades en la misma clase, para sacar así el máximo partido a sus diferencias y características propias.
Los niños deben participar en la organización de la escuela. Igual que la ciudad debe planificarse teniendo en cuenta a los niños y sus necesidades, los centros escolares tienen que implicar en su gestión a los alumnos. Si el niño participa de forma activa en la organización y en la toma de decisiones en el centro escolar, se sentirá parte de éste, sentirá que es “su escuela” y su conducta y desempeño serán mejores.
El aprendizaje tiene que ser cercano y divertido. Los docentes deben escuchar a los niños para enseñarles a partir de lo que ya conocen y teniendo en cuenta lo que les motiva y les interesa. Además, deben ser capaces de aprovechar la capacidad de los niños para concentrarse y esforzarse en aquello que les gusta y les divierte, motivarles y apelar a su forma de trabajar, sus fortalezas y sus capacidades concretas.
Necesitamos los mejores maestros. Un buen profesor escucha a sus estudiantes, busca la excelencia, personaliza el aprendizaje teniendo en cuenta la realidad del alumno y promueve el trabajo en grupo en vez de la competencia, porque cree en la suma de capacidades para lograr el éxito.
La lectura en voz alta en el aula debería ser obligatoria. Leer en voz alta en clase es una de las herramientas educativas más eficaces. Todos los docentes deberían leer a sus alumnos durante al menos 15 minutos todos los días, con cierta teatralización, haciéndoles partícipes de las historias y los personajes para transmitirles el amor por la lectura.
El juego y el ocio son importantes. Los momentos de libertad, esparcimiento y diversión fuera del aula resultan fundamentales para el niño y, además, influyen de manera positiva en el proceso de aprendizaje. Fuera del horario escolar, los estudiantes tienen que disfrutar, libremente y sin adultos, de su tiempo de esparcimiento, juego y actividades artísticas y culturales, como indica el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño . Además, estos momentos sirven para que los niños descubran y formen su carácter, sus actitudes y su forma de reaccionar ante el mundo.
Los deberes son un error. Las tareas se piensan como ayuda, especialmente a los que más lo necesitan, pero no consiguen este objetivo porque generalmente los niños que tienen más dificultades no suelen contar en casa con el apoyo necesario para hacer los deberes. Esa labor de enseñar y cubrir las lagunas educativas corresponde al profesor, no a los deberes, y debe hacerse dentro del horario escolar.
Una buena escuela se construye sobre la vida de sus alumnos. Estamos privando a los niños de su vida, solo les cargamos de más actividades formativas, cuando lo que necesitan es vivir experiencias y así tendrán algo que compartir al día siguiente en la escuela. Sobre esa experiencia se construirá el conocimiento. Por eso necesitamos ciudades que permitan a los niños vivir como ciudadanos.
Las escuelas deben ser democráticas, no igualitarias. Los estudiantes deben formarse como ciudadanos libres y soberanos. Por eso hay que huir del esquema tradicional en el que el profesor es quien tiene los conocimientos y los alumnos son vasos vacíos que hay que llenar y, por lo tanto, todos iguales. Los estudiantes acuden a la escuela con unos conocimientos y un saber que deben desarrollar, y el profesor debe ser capaz de motivarles e impulsar el proceso.
La heterogeneidad en el aula es buena. La diversidad, lejos de ser una dificultad o una barrera, es una ventaja y una riqueza que debe aprovecharse. Ya sea cultural, de género, de religión o raza… Incluso es interesante mezclar a niños con diferentes edades en la misma clase, para sacar así el máximo partido a sus diferencias y características propias.
Los niños deben participar en la organización de la escuela. Igual que la ciudad debe planificarse teniendo en cuenta a los niños y sus necesidades, los centros escolares tienen que implicar en su gestión a los alumnos. Si el niño participa de forma activa en la organización y en la toma de decisiones en el centro escolar, se sentirá parte de éste, sentirá que es “su escuela” y su conducta y desempeño serán mejores.
El aprendizaje tiene que ser cercano y divertido. Los docentes deben escuchar a los niños para enseñarles a partir de lo que ya conocen y teniendo en cuenta lo que les motiva y les interesa. Además, deben ser capaces de aprovechar la capacidad de los niños para concentrarse y esforzarse en aquello que les gusta y les divierte, motivarles y apelar a su forma de trabajar, sus fortalezas y sus capacidades concretas.
Necesitamos los mejores maestros. Un buen profesor escucha a sus estudiantes, busca la excelencia, personaliza el aprendizaje teniendo en cuenta la realidad del alumno y promueve el trabajo en grupo en vez de la competencia, porque cree en la suma de capacidades para lograr el éxito.
La lectura en voz alta en el aula debería ser obligatoria. Leer en voz alta en clase es una de las herramientas educativas más eficaces. Todos los docentes deberían leer a sus alumnos durante al menos 15 minutos todos los días, con cierta teatralización, haciéndoles partícipes de las historias y los personajes para transmitirles el amor por la lectura.
El juego y el ocio son importantes. Los momentos de libertad, esparcimiento y diversión fuera del aula resultan fundamentales para el niño y, además, influyen de manera positiva en el proceso de aprendizaje. Fuera del horario escolar, los estudiantes tienen que disfrutar, libremente y sin adultos, de su tiempo de esparcimiento, juego y actividades artísticas y culturales, como indica el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño . Además, estos momentos sirven para que los niños descubran y formen su carácter, sus actitudes y su forma de reaccionar ante el mundo.
Los deberes son un error. Las tareas se piensan como ayuda, especialmente a los que más lo necesitan, pero no consiguen este objetivo porque generalmente los niños que tienen más dificultades no suelen contar en casa con el apoyo necesario para hacer los deberes. Esa labor de enseñar y cubrir las lagunas educativas corresponde al profesor, no a los deberes, y debe hacerse dentro del horario escolar.
Una buena escuela se construye sobre la vida de sus alumnos. Estamos privando a los niños de su vida, solo les cargamos de más actividades formativas, cuando lo que necesitan es vivir experiencias y así tendrán algo que compartir al día siguiente en la escuela. Sobre esa experiencia se construirá el conocimiento. Por eso necesitamos ciudades que permitan a los niños vivir como ciudadanos.
A continuación te presentamos una infografía donde aparece muy resumida la Convención de los Derechos de la infancia, propugnada por la ONU y que España firmó en su momento. Por lo tanto tiene carácter de ley superior en nuestro país y es de obligado cumplimiento para todos los ciudadanos.
AUTOEVALUACIÓN:
Antes de que comiences a desarrollar las propuestas de trabajo de esta primera lectura del curso 2020-2021 conviene que te detengas un momento a revisar los aspectos que van a ser importantes para evaluar tus propios resultados.
Una vez hayas realizado el trabajo, y antes de enviarlo a mi correo electrónico para que yo pueda revisarlo, no olvides completar el siguiente cuestionario de evaluación y adjuntarlo a las tareas que me envíes.
1.- He comprendido todo el contenido del texto sobre el que he trabajado:
Completamente Casi todo A medias Muy poco
2.- He entendido la importancia de que el mundo de los menores sea tenido en cuenta en todos los ámbitos de la vida pública:
Sí, estoy de acuerdo De acuerdo a medias No entiendo por qué
3.- He sido capaz de interpretar la infografía correctamente:
Completamente La he entendido a medias No la he entendido
4.- He expresado con claridad mis opiniones y reflexiones acerca de los derechos de niñ@s y jóvenes:
Sin problemas Me ha costado un poco Ha sido complicado
Califico el resultado final de mi trabajo con un _________________
PROPUESTAS DE TRABAJO:
1.-¿Cómo definirías eso que FRATO llama "mundo interior"? ¿Qué crees que puedes aportar desde tu "mundo interior" a la comunidad educativa en la que has entrado a formar parte este curso?
2.- ¿Cómo entiendes un centro educativo democrático? Propón 10 características que harían que nuestro centro sociolaboral fuese más democrático.
3.- ¿De qué manera crees que el alumnado puede participar en la organización y gestión del centro educativo?
4.- ¿Cómo crees que se os debería tener en cuenta, como jóvenes, a la hora de participar en la vida y organización del barrio en el que vives y, más en general, de la ciudad de Zaragoza? (Realiza al menos 6 propuestas concretas al respecto)
5.- ¿Cómo sería para tí un centro educativo en el que se fomentase un aprendizaje cercano y divertido?
6.- "El juego y el ocio son importantes", afirma FRATO: ¿cómo disfrutas tú de tu tiempo libre? ¿Hay actividades de ocio y tiempo libre que te gustaría desarrollar y que, por las circunstancias que sean, no puedes llevar a cabo?
7.- Piensa en alguna situación de tu vida escolar en que te hayas sentido escuchad@ y comprendid@; y en otra en la que te haya sucedido todo lo contrario. Explica detalladamente ambas situaciones.
8.- Piensa en alguna buena profesora/or, y en otra/o que no te lo haya parecido tanto. Explica por qué te sentías bien en el primer caso y no tanto en el segundo y compara la actitud de un@ y otr@ hacia el alumnado.
9.- Desarrolla, según tú la entiendas, la afirmación de FRATO de que "Una buena escuela se construye sobre la vida de sus alumn@s".
10.- Elige cinco de los artículos de la "Declaración de los derechos de la infancia" presentados en la infografía final y trata de explicarlos poniéndote a tí mism@ como protagonista real o imaginario de ell@s.
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