Esta película de Pere Joan Ventura trata el terrible problema del paludismo, y la consecuente mortalidad infantil provocada por el mismo en Guinea Ecuatorial, si bien es un problema común en el África Subsahariana, donde mueren por esta enfermedad un millón de niños cada año.
Si afrontamos de manera objetiva el tratamiento que podemos dar a lo que nos cuenta la película, aunque es difícil ser objetivo ante semejante injusticia, encontramos, en primer lugar, la interdependencia de factores como la pobreza generalizada, un sistema sanitario muy debilitado, la escasez de medicamentos y el hecho de que haya que pagarlos íntegramente, la carencia de agua potable y la gran cantidad de supersticiones e ignorancia con respecto a la salud entre la población común. Ello ligado al hecho de ser un país cuya independencia es muy reciente con un sistema político con grandes dosis de corrupción y un sistema económico que no opta a la explotación de sus grandes recursos pues estos se encuentran en manos extranjeras.
Si afrontamos el problema bajo una perspectiva de cambio y visión de futuro habríamos de entrar de raíz en las causas y, entre ellas, una de las más importantes seguro que tiene que ver con el acceso a la educación de la población en general y de la infancia en particular. En todo proyecto de futuro que se precie este sería un factor preponderante para la salida de cualquier problema.
Bajo una perspectiva de justicia social, es evidente que en prácticamente todo el África Subsahariana encontramos paisajes socio-económicos muy similares: explotación de recursos de gran valor por parte de grandes compañías, frente a la pobreza extrema de la mayoría de la población autóctona.
La película nos presenta una imagen muy objetiva del problema que promueve más la búsqueda de soluciones que de culpables, si bien también deja bastante claro, desde mi punto de vista y, aunque no expresamente, quienes son los responsables últimos ( primeros, según se mire) de dicha situación.
La solución de este gravísimo problema pasaría por dotar a estos países de un sistema sanitario público, universal, gratuito y de calidad; así como de un sistema educativo con las mismas características, que hiciese llegar a toda la población de qué manera se puede luchar contra esta enfermedad, empezando por el conocimiento de la misma y la importancia de confiar en la ciencia médica para su diagnóstico y tratamiento.
El visionado de esta película en las aulas despertará, sin duda, un sentimiento de tristeza, por un lado, y otro de rabia, provocado por la situación de tremenda injusticia que nos presenta. A partir de estas emociones empáticas hemos de proponer la búsqueda objetiva de soluciones, comenzando por intentar comprender con mayor profundidad el problema de una manera holística. Estudiaremos lo que es el paludismo y, a partir de él, cuáles son las principales enfermedades llamadas tropicales y por qué se producen. Pasaremos a estudiar las causas de su alta mortalidad para realizar un viaje en el tiempo hacia los grandes imperios coloniales, el posterior proceso de descolonización y las consecuencias que ha tenido. Trazaremos una perspectiva de futuro y trataremos de encontrar soluciones. Y acompañaremos todo ello de datos lo más objetivos posibles para trazar a partir de las cifras cuantas estadísticas y gráficos consideremos oportunos para intentar dar luz a todos los problemas que se vayan derivando.
El cine es uno de los mejores medios de trabajo para el aula que yo, personalmente, conozco. Lo utilizo muy a menudo y, en general con buenos resultados, pues da pie al trabajo en cooperación, la integración de contenidos de manera significativa, la investigación ulterior y la elaboración de trabajos muy interesantes por parte del alumnado, que les anima a seguir aprendiendo de manera activa y en equipo.
Una película como esta creo que sería muy interesante para trabajar en el segundo ciclo de Educación Secundaria, e incluso en Bachillerato, donde se le podría sacar aún más partido, por el nivel de conocimientos de base del alumnado. Pero se puede adaptar a contenidos curriculares de la toda la ESO e incluso de último ciclo de primaria (aunque me parece un poco prematuro su visionado en esta etapa)
2.- BINTA Y LA GRAN IDEA.
La verdad es que después de ver esta película casi da pena hacer cualquier comentario acerca de ella. La sensibilidad de Fesser es sublime y la historia que va tejiendo fotograma a fotograma deja poco lugar para el comentario. La belleza habla por sí misma. Como véis, me ha parecido una película magnífica, una obra maestra.
Sublime en la sencillez y belleza de sus imágenes. En su ritmo pausado. En la humildad y sabiduría que desprenden sus diálogos. En el enorme respeto que muestra hacia el sistema de vida que nos presenta y, sobre todo, hacia la infancia, esa que salva al mundo con su capacidad de asombro, su amplitud de miras y su ternura infinita.
Por supuesto que la película refleja claramente los cinco conceptos clave que hemos estudiado y que pueden sintetizarse fácilmente, pero no creo que el mensaje sea ese. Creo que el mensaje es la mirada abierta y libre de prejuicios y el mensaje es el amor, el amor hacia el otro, el amor a la libertad, el amor a la solidaridad ... los valores, en definitiva, que sustentarán al mundo en tanto que continúe siendo mundo, pues perdidos estos dejará de existir.
Me han gustado especialmente dos reflexiones del film: los capitalistas "obtienen tantos beneficios que ya no hace falta que se preocupen unos de otros"; y, además, "consiguen tener las armas con que perder el miedo a perder su riqueza" (la bomba atómica, ¿se puede llegar más lejos en el progreso?).
El mensaje clave es que, desde una educación justa, equitativa, donde se pone en valor ser persona por encima de cualquier condicionante, se pude construir un mundo mejor, donde progreso no significa necesariamente sobreexplotación de recursos ni enriquecimiento a costa de otros, sino un mundo más humano, más amable, más feliz para todos.
La película mueve desde el primer momento a la empatía y a afrontar una visión de cambio y mejora de cara al futuro basada en un humanismo de las personas y no de los capitales.
Es una gran película para trabajar con todas las edades y dejar que las niñas y niños aporten libremente, abiertamente, en diálogo enriquecedor y en libre creación de textos e imágenes individuales y colectivas.
El hecho de que Javier Fesser haya realizado la película con personas de la misma comunidad que está retratando aporta un plus de frescura, de versosimilitud y de honradez, que ningún actor profesional hubiese podido igualar. La percepción que tenemos de la comunidad a través de las imágenes que refleja el film y de la historia que ha sabido encadenar el director y su excelente plantel es tremendamente enriquecedora: nos hace bañarnos en una actitud verdaderamente positiva y optimista de cara hacia el futuro.
En sus comentarios Fesser aporta una extraordinaria verdad, que a menudo pasamos por alto: siempre es mucho más lo que las niñas y niños nos aportan que lo que los adultos les aportamos a ellos. Saber mirar, saber entender, empatizar con la infancia es el gran reto que debemos asumir de cara al futuro. No se me ocurre una mejor manera de enfrentar el mundo que se nos viene encima.
Muchas gracias por el tiempo que has dedicado a realizar la actividad.
ResponderEliminarRealiza una reflexión interesante.
Como has podido ver, ambos cortos reflejan posiciones diferentes sobre como mostrar problemáticas en el marco del desarrollo. “La vida efímera” presenta una posición realista, y como tal, dura y cruel de esa realidad. A nosotros nos inspira sentimientos de tristeza, ira, impotencia por la imposibilidad de hacer nada en ese momento para poder cambiar las cosas… “Binta y la gran idea” en cambio presenta una perspectiva más idealista, con matices de realidad que en nuestra opinión da el hecho de que los actores que han participado sean de la propia comunidad en la que se rodó el corto. Pero presenta una visión más suave e idealista. Genera en nosotros sentimientos más cercanos a la esperanza de cambio, positivos, alegres…
El acercamiento a los alumnos con alguno de los recursos es muy diferente, y generaría en el alumnado un impacto distinto. Esa reflexión es interesante. Qué impactos puede tener en el alumnado la aproximación con un recurso más realista y crudo como “La vida efímera”, frente al acercamiento con “Binta y la gran idea” con una carga mucho mayor de positivismo e idealismo. ¿Qué impactos creéis que tendría uno y otro recurso? ¿alguno crees que te acercaría más a tu objetivo?
En nuestra opinión, que Fesser utilice como actores miembros de la comunidad, le aporta un intento de alejarse un poco de ese idealismo y dotarle de un efecto realista, le permite dar un giro al corto que no hubiera tenido si se hubieran utilizado actores para el corto. Y ayuda a transmitir más y mejor todas esas lecciones que el director y su equipo recibió de los niños y ha querido transmitirnos en sus notas.
¡Muchas gracias por tus aportaciones!
Un saludo,
El equipo de dinamización #EducaDer
Gracias a vosotros. Un abrazo.
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